Aquellos tiempos de la Alta Edad Media no solo fueron de batalla va y batalla viene. No. También ocurrieron otras cosas y una de ellas fue muy importante. Os hablo de un fraile del siglo X que vivía en Castilla. Cansado de escribir en latín, añadió una oración en otra lengua distinta. El fraile la escribió en un documento que los sabios llaman las Glosas Emilianenses. Una nueva lengua estaba naciendo, nada menos que el castellano, el español :
"Cono ayutorio de nuestro dueño dueño Christo, dueño Salvatore, qual dueño yet ena honore a qual dueño tienet ela mandatione cono Patre, cono Spiritu Sancto, enos siéculos de los siéculos. Fácanos Deus onmipotes tal serbicio fere que denante ela sua face gaudiosos seyamus".
La lengua española iniciaba así su vuelo.
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