A poco de la muerte de Almanzor, feroz guerrero musulmán, que era el verdadero amo de Córdoba y que al frente de sus temibles ejércitos se atrevió a cruzar toda España, atacando lo mismo a Barcelona que a Santiago de Compostela, el califato cordobés perdió su fuerza. Córdoba, aquella brillante Corte de los califas hispanos, fue incapaz ya de dominar las diversas partes de su Monarquía. Se rompió. Y surgieron los que los sabios que estudiaron aquel tiempo llamaron "Reinos de taifas". ¿Y por que taifas? Porque esa palabra quiere decir en árabe porción, grupo o partido. De ese modo surgieron reyezuelos. Así ocurrió en Sevilla como en Granada, en Toledo como en Zaragoza, en Mérida como en Cáceres.
Como suele decirse : la división debilita. Esta debilidad fue aprovechada inmediatamente por los Reinos cristianos del norte de España. Esta conquista duro unos doscientos años (entre finales del siglo XI y mediados del siglo XIII). Pero, ¿Por qué tardaron tantos años los cristianos en dominar España cuando los musulmanes se mostraban tan débiles? Pues porque los musulmanes en su desesperación pidieron ayuda a sus hermanos del norte de África. De esa forma, España se vio invadida por tres oleadas sucesivas de bereberes africanos : los almorávides, a fines del siglo XI ; los almohades, a principios del siglo XIII, y los benimerines, entrado ya el siglo XIV.
Por otra parte los Reinos cristianos que se iban formando en el norte de España nos siempre vivían en paz entre ellos. Al oeste se va formando el reino de Portugal con Alfonso Enríquez desde principios del siglo XII ; en el centro, estaba el más poderoso Reino cristiano con la unión de Castilla y León, herederos del Reino astur. Y en el este, bajando de los Pirineos hacia el Ebro y hacia la costa del levante mediterráneo, vemos a catalanes y aragoneses, formando la Corona de Aragón; sin olvidarnos del Reino de Navarra, que siguió marcando su personalidad con intervenciones decisivas en este proceso histórico.
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